lunes, 8 de noviembre de 2010

bogota

La Sociedad 
es el conjunto de individuos que actúan acorde a lograr un desarrollo tecnológico, sociopolítico y económico destinandolo a la subsistencia e interactuando entre sí, cooperativamente, para formar un grupo o una comunidad.
El estudio del comportamiento social en animales (p.ej. en primates o en insectos eusociales, como algunas hormigas) lo realiza la Etología. De las bases biológicas del comportamiento social, tanto en animales como en el ser humano, se ocupa la Sociobiología. Las sociedades humanas son estudiadas por las llamadas disciplinas sociales, principalmente la Sociología y otras como la Antropología, Economía y la Administración de Empresas. Modernamente, existe un interés de la Física, desde la perspectiva de sistemas complejos, por el estudio de fenómenos sociales, y este esfuerzo ha dado lugar a disciplinas como la Sociofísica y la Econofísica.
Sociedades humanas: Las sociedades humanas son entidades poblacionales; dentro de la población existe una relación entre los sujetos (habitantes) y el entorno, ambos realizan actividades en común y es lo que les da una identidad propia. También, sociedad es una cadena de conocimientos entre varios ámbitos, económico, político, cultural, deportivo y de entretenimiento.
Además, dentro de la sociedad existen varias culturas que son creadas por el hombre, y esas culturas tienen su propio territorio para poder desarrollar una interacción acertada con los sujetos de mismas creencias, costumbres, comportamientos, ideologías e igual idioma.
Los habitantes, el entorno y los proyectos o prácticas sociales hacen parte de una cultura, pero existen otros aspectos que ayudan a ampliar el concepto de sociedad y el más interesante y que ha logrado que la comunicación se desarrolle constantemente es la nueva era de la información, es decir la tecnología alcanzada en los medios de producción, desde una sociedad primitiva con simple tecnología especializada de cazadores —muy pocos artefactos— hasta una sociedad moderna con compleja tecnología —muchísimos artefactos— prácticamente en todas las especialidades. Estos estados de civilización incluirán el estilo de vida y su nivel de calidad que, asimismo, será sencillo y de baja calidad comparativa en la sociedad primitiva, y complejo o sofisticado con calidad comparativamente alta en la sociedad industrial. La calidad de vida comparativamente alta es controvertida, pues tiene aspectos subjetivos en los términos de cómo es percibida por los sujetos.
También, es importante resaltar que la sociedad está conformada por las industrias culturales. Es decir, la industria es un término fundamental para mejorar el proceso de formación socio-cultural de cualquier territorio, este concepto surgió a partir de la Revolución Industrial, y de esta se entiende que fue la etapa de producción se fueron ejecutando en la sociedad en la medida en que el hombre producía más conocimiento y lo explotaba en la colectividad.
En la sociedad el sujeto puede analizar, interpretar y comprender todo lo que lo rodea por medio de las representaciones simbólicas que existen en la comunidad. Es decir, los símbolos son indispensables para el análisis social y cultural del espacio en que se encuentra el hombre y a partir de la explicación simbólica de los objetos se puede adquirir una percepción global del mundo.
Por último, la sociedad de masas (sociedad) está integrada por diversas culturas y cada una tiene sus propios fundamentos e ideologías que hacen al ser humano único y diferente a los demás

martes, 5 de octubre de 2010

CLASES SOCIALES Y CONSUMO

Desde los inicios de la sociología del consumo, no han sido pocos los autores que han tratado de vincular el fenómeno del consumo con los aspectos relevantes de la estructura social. Así, Veblen (1944) fue el primero en introducir analíticamente este aspecto, pero con anterioridad a él se habían realizado diversos estudios o investigaciones que establecían paralelismos entre las diferentes formas de consumir y los indicadores referentes a las clases sociales (frecuentemente basados en la ocupación). Autores como Le Play en 1829 o Engel en 1857, evidenciaron empíricamente la relación existente entre la distribución del gasto familiar y las diferentes categorías ocupacionales. En esta misma línea y, posteriormente, Halbwachs en 1912 realiza un excelente estudio sobre los modos de vida de las clases trabajadoras.
También, desde otras disciplinas que se han dedicado al estudio del consumo, se ha relacionado el consumo con la estructura social, así por ejemplo los análisis económicos se han visto forzados cada vez más a introducir en sus modelos explicativos de la función consumo, aspectos referentes a la estructura social y a la posición que los individuos ocupan en el interior de la misma. Duesenberry (1967) fue quien realmente introdujo en los modelos económicos de la función consumo la estructura social y la posición del consumidor en la misma. El consumo se convierte así en una función de la posición del sujeto en la distribución de la riqueza en la sociedad (Ragone 1968).
En los países occidentales después de la Segunda Guerra Mundial se produjo un aumento de los niveles de vida, que junto con la instauración del estado de bienestar y el desarrollo del mal denominado consumo de masas comienzan a adquirir importancia las cuestiones relacionadas con el consumo. Cada vez más, el consumo adquiere especial importancia entre las preocupaciones cotidianas de los individuos y de las familias. Todo ello se ve favorecido por dos factores relevantes: Por un lado el trabajo en la esfera productiva ocupa menos horas en la vida de los individuos, lo que en teoría hace que se disponga de más tiempo para el consumo[13] y por otro se asiste a un cambio en las formas de producción en las que, ahora más que nunca, producción y consumo aparecen fuertemente vinculados. Hasta tal punto es así que, como algunos autores han señalado, se ha pasado de un capitalismo de producción a un capitalismo de consumo (Ibáñez 1979). Pero cabe señalar que, así como los estudios referidos a la producción han sido no sólo abundantes, sino de gran riqueza teórica, no se puede decir lo mismo del consumo. La esfera del consumo se encuentra conceptualmente subdesarrollada. Lamentablemente los argumentos concernientes al consumo han solido reflejar la confusión que cada vez más ha caracterizado los debates sobre el análisis de clase y la estratificación.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

POSTURAS HACIA EL CONSUMISMO

Posturas críticas
Artículo principal: Anticonsumismo
Para mucha gente, el uso de esta palabra tiene necesariamente una carga política, ya que, casi siempre, el que utiliza las palabras consumismo y consumo excesivo lo hace para criticar lo que considera consumo innecesario en otras personas.
Una manera distinta de interpretar la palabra "consumismo" es considerarla como la organización de la economía de una sociedad que, aunque tal como está ahora, funciona a satisfacción tanto de consumidores como de productores, se puede decir que en su conjunto despilfarra ciertos recursos. Un ejemplo no trivial podría ser el uso de los envases y las bolsas de plástico, que contaminan los ríos y reservas de agua dulce y ensucian las ciudades y regiones suburbanas. El método moderno es más cómodo e higiénico para los consumidores e incrementa los ingresos de los comerciantes, pero desde el punto de vista del funcionamiento de la economía en su conjunto también desperdicia una serie de recursos que antes se aprovechaban mejor.

 Posturas defensivas

Algunos argumentan que los gastos jamás son innecesarios en la opinión del que hace el gasto, pues si, digamos, una persona considera que comprar un coche por diez mil dólares es innecesario porque existe otro de cinco mil que ya cubre sus necesidades, entonces comprará el de cinco mil. Si compra el de diez mil es sólo porque cubre más necesidades que el de cinco mil.

FACTORES QUE INDUCEN A LA COMPRA

Diversos factores inducen a una persona a comprar un producto, éstos se clasifican en:
Culturales, determinadas por el entorno sociocultural del consumidor.
Estatus, determinadas por el nivel socioeconómico; el consumo crece por lo general, en la medida que se eleva el nivel socioeconómico.
Afectivos, determinados por el grado de aceptación o rechazo social o grupal por poseer o no un bien.
Necesidad, determinados por la necesidad real de un producto para la vida convencional.
Masificación, a medida que un producto es poseído por la mayoría de las personas se eleva la presión para que los que aún no lo tienen lo compren.
De los anteriores factores, los que influyen el consumismo son principalmente los factores de estatus, afectivos y de estandarización.

ETIMOLOGIA

La palabra consumismo proviene del latín «consumĕre» que significa gastar o destruir y de la palabra ismo del latín -ismus y este del griego -ισμος (-ismos), sufijo que formaba sustantivos de acción a partir de verbos y que describe actualmente una tendencia innovadora, en especial en el pensamiento y en el arte.

Origen y antropología del consumo

El consumismo inicia su desarrollo y crecimiento a lo largo del Siglo Xx como consecuencia directa de la lógica interna del capitalismo y la aparición de la mercadotecnia o publicidad -herramientas que fomentan el consumo generando nuevas necesidades en el consumidor-. El consumismo se ha desarrollado principalmente en el denominado mundo occidental -extendiéndose después a otras áreas- haciéndose popular el término creado por la antropología social sociedad de consumo, referido al consumo masivo de productos y servicios.
Para Jeremy Rifkin en la década de 1920 se produjo una sobreproducción en Estados Unidos -motivada por un aumento de la productividad y una bajada de la demanda (economía) por la existencia de un alto número de desempleados debido a los cambios tecnológicos- que encontró en el marketing (mercadotecnia y publicidad) la herramienta para incrementar, dirigir y controlar el consumo.[1] [2]
En relación con la evolución desde las primitivas sociedades igualitarias a sociedades de clases diferenciadas y el paso del intercambio y la reciprocidad a la acumulación -que alcanza su apogeo en sociedad actual-, señala el antropólogo Marvin Harris:
Tras la aparición del capitalismo en la Europa occidental, la adquisición competitiva de riqueza se convirtió una vez más en el criterio fundamental para alcanzar el status de gran hombre. Sólo que en este caso los grandes hombres intentaban arrebatarse la riqueza unos a otros, y se otorgaba mayor prestigio y poder al individuo que lograba acumular y sostener la mayor fortuna. Durante los primeros años del capitalismo, se confería el mayor prestigio a los que eran más ricos pero vivían más frugalmente. Más adelante, cuando sus fortunas se hicieron más seguras, la clase alta capitalista recurrió al consumo y despilfarro conspicuos en gran escala para impresionar a sus rivales. Construían grandes mansiones, se vestían con elegancia exclusiva, se adornaban con joyas enormes y hablaban con desprecio de las masas empobrecidas. Entretanto, las clases media y baja continuaban asignando el mayor prestigio a los que trabajaban más, gastaban menos y se oponían con sobriedad a cualquier forma de consumo y despilfarro conspicuos. Pero como el crecimiento de la capacidad industrial comenzaba a saturar el mercado de los consumidores, había que desarraigar a las clases media y baja de sus hábitos vulgares. La publicidad y los medios de comunicación de masas aunaron sus fuerzas para inducir a la clase media y baja a dejar de ahorrar y a comprar, consumir, despilfarrar o gastar cantidades de bienes y servicios cada vez mayores. De ahí que los buscadores de status de la clase media confirieran el prestigio más alto al consumidor más importante y más conspicuo.[3]

¿Que es el consumismo?

El consumismo puede referirse tanto a la acumulación, compra o consumo de bienes y servicios considerados no esenciales, como al sistema político y económico que promueve la adquisición competitiva de riqueza como signo de status y prestigio dentro de un grupo social. El consumo a gran escala en la sociedad contemporánea compromete seriamente los recursos naturales y el equilibrio ecológico.
El consumismo, entendido como adquisición o compra desaforada, idealiza sus efectos y consecuencias asociando su práctica con la obtención de la satisfacción personal e incluso de la felicidad personal.